Ayer, me presenté al casting para LE NOZZE DI FIGARO.
Primero pasé un rato muy agradable saludando a los compañeros de Don Carlo. Estuve hablando largo rato con compañeros y compañeras con los que durante la representación de Don Carlo apenas cruzábamos unos saludos. Debe ser, que al ir vestidos de paisano se liman las diferencias sociales... o artísticas.
Después vino la prueba. Sin entrar en detalles, quedé finalista, pero me quedé fuera.
Dura cosa esta del casting: si no te eligen, se te queda la boca amarga, y si te eligen, se te queda mal cuerpo por los compañeros y compañeras que se quedan fuera..., en fin... esto es muy duro.
No sé porqué pero me apetece plasmar estos versos que siempre me han gustado mucho...
Yo voy soñando caminos
de la tarde. ¡Las colinas
doradas, los verdes pinos,
las polvorientas encinas!...
¿Adónde el camino irá?
Yo voy cantando, viajero
a lo largo del sendero...
-la tarde cayendo está-.
"En el corazón tenía
"la espina de una pasión;
"logré arrancármela un día:
"ya no siento el corazón".
Y todo el campo un momento
se queda, mudo y sombrío,
meditando. Suena el viento
en los álamos del río.
La tarde más se oscurece;
y el camino que serpea
y débilmente blanquea
se enturbia y desaparece.
Mi cantar vuelve a plañir:
"Aguda espina dorada,
"quién te pudiera sentir
"en el corazón clavada".
A.Machado
Dedicado a mi hija Marta.
De todas formas, siento en el corazón decenas de espinas doradas... unas más agudas que otras...
A pesar de las coronarias y la medicación.