lunes, 2 de junio de 2008

Ahora si... ¡¡¡TURANDOT!!!

El pasado domingo se acabaron las cuatro representaciones de Turandot. Pocas funciones para tan gran esfuerzo y tanto derroche de medios. El resultado ha sido todo lo brillante que se esperaba. Las críticas de los especialistas han sido generosas, pero sobre todo el público ha respondido con mucho entusiasmo a pesar del precio y la dificultad para obtener entradas. En las dos últimas representaciones los aplausos fueron muy calurosos y entusiastas.

El reclamo era muy tentador: el Palau de les Arts, Zubin Mehta(W)., Chen Kaige, el Cor de la Generalitat Valenciana y la Orquestra de la Comunitat Valenciana son alicientes de sobra poderosos para atraer al público masivamente. Si además añadimos que la ópera representada es de las más populares y con unas arias de las más conocidas, no ha sido de extrañar el resultado.

Pero pasemos a los ensayos…



He vivido unos ensayos diferentes a los de Don Carlo. Era nueva producción del Palau de les Arts. Esto quiere decir que los decorados, vestidos, utillaje y movimientos escénicos: se creaban nuevos para representar la ópera. El director de escena, el chino director de cine Chen Kaige ha puesto el acento en los pequeños detalles en cuanto a los vestidos y el utillaje. También ha querido cambiar el punto de vista de algunas escenas demasiado occidentalizadas de la representación. Ha intervenido en todas las escenas de la ópera, conduciendo el movimiento de masas y de solistas a su gusto. Como sirviente de verdugo, he vivido muy de cerca los ensayos de las escenas de la salida de Pu-Tin-Pao y la de ‘la ejecución’ del príncipe de Persia. El efecto que quería causar Chen Kaige, era el de confundir al pueblo de Pekín y al espectador haciéndole creer que el verdugo era uno de los cuatro que salían primero (posiblemente yo... que salía el primero y era el más corpulento), permaneciendo el verdadero verdugo oculto y apareciendo al rato escenificando una actitud nada agresiva, ya que comenzaba a bailar.

Hacía hincapié en que el baile del verdugo debería parecer algo afeminado. Por cierto los cuatro sirvientes aparecíamos en escena muy maquillados: ojos y labios, y sin barba ni bigote.

En la escena de la paralización del príncipe de Persia, Chen marcó la postura final de Pu-Tin-Pao a la hora de clavar el estilete y le indicó al príncipe que cuando lo sacaran por los aires mantuviera los ojos bien abiertos para que el público supiera que no estaba muerto sino solamente paralizado. Creo que el resultado no fue el esperado. Quien no conoce la ópera pensó que lo habían matado en ese momento, y quien la conoce se quedó pensando cómo pudo una vez paralizado dar su grito de muerte (¡¡¡Turandooooooot!!!).

Debido a que la producción era propia, se hacían muchos cambios de escenografía sobre la marcha a tenor de los resultados, esto implicaba que no se pudieran planificar bien las escenas que se ensayaban cada día. Debido a esta mala planificación me he pasado varios días sentado en el patio de butacas sin hacer otra cosa.

También ha habido ensayos de luces, que consisten en colocarte en diversas partes del escenario de forma estática a conveniencia del iluminador, para que pueda hacer sus pruebas de iluminación de las distintas escenas.

Las representaciones transcurrieron sin problemas. Un poco más aparatoso el estreno debido a la presencia de la reina. Por las precauciones policiales.

Era obligatorio saludar, y para que no tuviéramos la tentación de escaquearnos, a los que sólo salíamos en el primer acto nos pusieron con calzador en el último cuadro del último acto. Yo lo agradecí. Estaba ubicado detrás del coro y a pesar del disfraz tan pesado que llevaba, de la molestia de la uña del dedo gordo del pié derecho y de otros achaques, en cada una de las representaciones se me ponía la carne de gallina cuando María Guleguina, el coro y la orquesta interpretaban el apoteósico final y yo era consciente de que estaba en el escenario principal del Palau de les Arts de Valencia, participando en Turandot y sintiendo a Zubin Mehta dirigir.

Y luego el público aplaudía…




1 comentario:

Anónimo dijo...

Te ha faltado contar lo delos accidentes, creo que esta chica del coro que se fue por el mismo sitio que uno de los tormo está de baja, lo paró con la mandíbula...
Bueno estas cosas a veces pasan...
Ciao

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