Hace tiempo que las féminas de mi familia me piden o, así lo intuyo yo, una toma de posición frente a la violencia de género. La respuesta es muy clara y ellas la saben: rechazo total. En realidad no me piden una postura que ellas ciertamente conocen, sino un aporte de soluciones. Es muy difícil. Estos cambios sociológicos se producen lentamente. Hace apenas cuarenta años, a mi mujer, en el banco donde teníamos una cuenta común no le permitían sacar dinero sino era con mi firma. Creo que en España se está haciendo un esfuerzo por solucionarlo, lo primero es destapar el problema, y eso se hace desde hace años. En otros países se ocultan los datos. No es cuestión de países más o menos desarrollados ya que en Europa donde más se producen son en: Finlandia, Suecia y Alemania. Creo que es un problema de educación y respeto, de igualdad y cariño.
Desde luego, ayudan mucho los buenos ejemplos de las parejas cercanas y de las personas públicas y, por contra no ayudan nada los malos ejemplos y la verborrea machista como la del alcalde de Valladolid. No recuerdo ni quiero recordar su nombre, si conozco su filiación política pero no es este el dato que me importa: lo denunciaría fuera cual fuese. Pero, ¿no se dan cuenta estas personas, que con sus comentarios lo que hacen es menospreciar la dignidad de las mujeres, incluidas las de su propia familia? Y de paso fomentan esta plaga.
Sólo cuando en las mentes de todos esté grabado la igualdad de derechos de todos los seres humanos, igual que está grabado el amor por los hijos o la satisfacción ante la belleza... desaparecerán esos pecados de los hombres cobardes.
“El amor es como el mercurio en la mano. Deja la mano abierta y él permanecerá; agárralo firmemente y él escapará”
(Dorohty Parker, escritora)
(Dorohty Parker, escritora)