sábado, 17 de mayo de 2008

La primavera y sus consecuencias...




Bajo la sombra de esta genial obra de Sandro Botticelli(W). quiero dejar recado de una de mis tradiciones frikis.

Cuando llega el mes de Mayo, no se me olvida escuchar una coplilla. A pesar del cambio climático, tiene que ver con la llegada de la primavera y sus consecuencias biológicas.
Las consecuencias pueden ser molestas: alergias, granos, astenias... pero estas que propongo son de las más gozosas.

Debemos agradecer el invento a Miguel Hernández(W). y su buen gusto en la transcripción poética de sus sentimientos corporales. Miguel, poeta rural, mediterráneo, apasionado y joven cuando escribió el romancillo, debió de experimentarlo profundamente en sus carnes.

Debo incluir otro agradecimiento a Joan Manel Serrat (otro poeta mediterráneo) y su buen olfato para estas cosas.

Romancillo de Mayo:



Por fin trajo el verde Mayo
correhuelas y albahacas
a la entrada de la aldea
y al umbral de las ventanas.

Al verlo venir se han puesto
cintas de amor las guitarras,
celos de amor las clavijas,
las cuerdas lazos de rabia,
y relinchan impacientes
por salir de serenata.

En los templados establos
donde el amor huele a paja,
a honrado estiércol y a leche,
hay un estruendo de vacas
que se enamoran a solas
y a solas rumian y braman.

La cabra cambia de pelo,
cambia la oveja de lana,
cambia de color el lobo
y de raíces la grama.

Son otras las intenciones
y son otras las palabras
en la frente y en la lengua
de la juventud temprana.

Van los asnos suspirando
reciamente por las asnas.
Con luna y aves, las noches
son vidrio de puro claras;
las tardes, de puro verdes,
de puro azul, esmeraldas;
plata pura, las auroras
parecen de puro blancas
y las mañanas son miel
de puro y puro doradas.

Campea Mayo amoroso;
que el amor ronda majadas,
ronda establos y pastores,
ronda puertas, ronda camas,
ronda mozas en el baile
y en aire ronda faldas...



Si os fijáis en el cuadro de Botticelli, a pesar del disimulo de algunas de las figuras, en realidad están metidos en faena…


¡Ah! y como dice mi joven cardióloga del Hospital de Requena: ¡¡¡Manuel, somos jóvenes... somos jóvenes!!!

1 comentario:

Anónimo dijo...

la suma de esos grandes maestros no deja lugar a dudas, sin embargo el poema tiene un tufillo machista y posmoderno.¿no?

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