sábado, 21 de febrero de 2009

Granada





Dame limosna mujer,
que no hay en el mundo nada
como la pena de ser
ciego en Granada.
(popular)


Carmela y yo hemos estado tres veces en Granada, todas ellas siguiendo la carrera artística de nuestra hija María.
La primera cuando cantaba en el Orfeón Navarro Reverter para ver La Atlántida de Falla en la plaza de la catedral con puesta en escena de La fura dels Baus.
La segunda ya con el Cor de la Generalitat Valenciana para ver Juana de Arco en la hoguera: Poema de Paul Claudel, música de Arthur Honegger en el palacio de Carlos V de la Alhambra en coproducción con la Fondazione Teatro Massimo de Palermo.
Y la tercera, también en el palacio Carlos V y su explanada para disfrutar de La verbena de la Paloma de Tomás Bretón con dirección escénica de Comediants.
Los tres espectáculos dentro del Festival Internacional de Música y Danza de Granada que se celebra a mediados de Junio.

Pero no es de música de lo que quería hablar sino del entorno, de la ciudad y de la Alhambra. En el primer viaje visitamos el conjunto monumental. En los otros dos ya no, pero nos instalamos en un hotel muy cercano. Este entorno de los alrededores de la Alhambra es lo que me resulta más idílico y encantador. Acompañados por un clima que durante esa época del año es muy agradable, los paseos por estos parajes hacía que me sintiera en un verdadero paraíso.
Para acabar de ser sincero como dice Joan Baptista Humet, habría que calificar esos paseos en otras circunstancias, no en primavera y en vacaciones sino en el día a día.

Las musiquitas como os imagináis serán versiones de Granada de Agustín Lara(W). No estarán interpretadas por ninguno de los tres tenores, al fin y al cabo Agustín Lara no compuso la pieza para ser interpretada en un Palacio de ópera, sino por dos cantantes de trayectoria muy distinta: Jorge Negrete(W) y Luis Mariano(W). El primero mejicano, de agradable voz de tenor-barítono intérprete de rancheras, baladas y alguna que otra zarzuela, muy macho él. El segundo vasco con voz más ligera, intérprete de música ligera, revistas y operetas. En España se le consideraba gay y tuvo que emigrarse a Francia donde le dejaron triunfar y no se metieron tanto con él. Eran tiempos muy duros para los no ortodoxos en cuestiones de sexo.


Aprovecho la coincidencia de estos dos cantantes para recordar a mis padres que gustaban mucho de ellos y de los que he heredado entre otras muchas cosas buenas: un carácter pacífico y el gusto por la zarzuela.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sí, estoy de acuerdo Granada tiene embrujo, como lo tiene toda andalucia unos lugares más que otros, pero a Granada no me importará volver. A ver cuando vamos.

Anónimo dijo...

Este año está previsto que un grupo del coro vaya al festival...los que no hicieron el rey que rabió porque estos otros igual van al festival de Peralada..por cierto otro sitio bonito para ir unos días. Bueno yo como imaginais estaré con mi Tea y no voy ni a uno ni a otro...
maría

blog lúdico, libertario y hortera-multicolor