miércoles, 17 de diciembre de 2008

Vacaciones de Navidad


Como ya he comentado en la entrada ‘Potter, Harry Potter…’ dedicada a Harry Potter como es natural, recordareis que tuve la experiencia de ingresar en un internado (ya lo comentaré en otra entrada) a la tierna edad de once años recién cumplidos (los cumplo a final de agosto)

Para los que hemos experimentado esta situación… las Navidades siempre tendrán un valor añadido: el de volver a casa. No es como el eslogan publicitario, es el volver a la protección del hogar y la familia. A lo conocido.
En el internado no tienes el consuelo de volver a casa después de las clases y comentar tus angustias.

Los primeros años de internado (sobre todo el primero) fueron años de incertidumbre. En un ambiente desconocido buscas a alguien en quien apoyarte, en quien depositar tu confianza. Tienes que hacer amigos nuevos y al coincidir con compañeros de distinta procedencia cuesta un poco más. Te encuentras sólo y a la defensiva.

Todavía recuerdo mis primeras vacaciones. Llegué a la estación del Norte a las ocho de la mañana, me recogió mi padre y me llevó a casa. Allí me esperaba el resto de la familia y los tebeos que mi hermano Enrique había guardado para que yo los leyera. Sobre todo los del Capitán Trueno. Me pegué un atracón de lectura.
Recuerdo perfectamente la escena: en el pequeño pasillo que había entre el comedor y la cocina nos ubicábamos mi madre, mi yaya Ana María y yo. Estábamos los tres alrededor de la puerta del corral por donde entraba la luz y el calor del día. Yo estaba en medio pasando frío en las piernas porque entonces los niños siempre vestíamos con pantalones cortos, a mi izquierda mi yaya leyendo ‘Las mariposas del alma’ (siempre la recuerdo leyendo la misma novela, supongo que le traía buenos recuerdos), a mi derecha mi madre cosiendo a máquina.
Por la tarde continué leyendo cerca de la estufa de leña del comedor.
Había otros tebeos y sobre todo los Almanaques (extras de Navidad con más contenido y todas las historietas de temática navideña)

Estas circunstancias han hecho que esos días junto con otros más los tenga archivados en el disco duro de mi memoria dentro de la carpeta de: ‘Días más felices’.

T rkuerdo x Nvdad

Como vídeo-ilustración la escena final de la que yo considero la segunda mejor peli de navidades:
Plácido(W). La primera sería Plácido pero con la participación de Pepe Isbert(W). Ambas dos del dúo Berlanga(W)-Azcona(W).



Como dicen El Capitan Trueno, Goliat, Crispín y Sigrid:

¡¡¡ FELICES PASCUAS A TODOS !!!


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Siguen habiendo niños y niñas en colegios internos, pero los tebeos ya no son lo que eran, ahora hay otras cosas, como este internet donde tu estás tan bien relaccionado.Lo mejor de este recuerdo es el sentimiento navideño, el sentimiento de protección, el sentimiento de sentirse protegido y feliz en tu casa y con tu familia,y eso, eso si que lo comparto contigo.

Marta Salvador dijo...

Yo también asocio la Navidad al reencuentro familiar, aunque hacia los parientes menos cercanos en la distancia, aunque no en el cariño. Por eso, cada vez que se descuelga algún primo de la cena navideña es como si me arrancaran un trocito de mi infancia.

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